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¡Nop!: El Precio del Espectáculo

Reseña Interlatente de Arturo Guzmán
 
Nope Jordan Peele

Sin duda, de entre la nueva ola de terror que ha llegado a Hollywood, Jordan Peele es de los nombres más atractivos que se pueden encontrar. Con una corta pero interesante filmografía que incluye a Get Out (2017), Us, (2019) y Nope (2022), el comediante devenido en director y escritor de terror se ha encargado de presentar en cada una de sus obras temáticas sociales que aporten a la trama que nos está contando, para no solo entregar una obra que asuste —sino también— nos haga reflexionar. Y es que por años el terror ha sido uno de los géneros más menospreciados, debido a la mala fama que se fue creando con los años, a causa de la baja calidad de algunas producciones que no tenían nada más que aportar que unos cuantos screamers baratos y baños de sangre sin sentido.  Sin embargo, de cuando en cuando, surgen excepciones, siendo Nope en este caso una de ellas. 

Peele se encarga de recordarnos que todo tiene un precio, sobre todo el espectáculo, dejándolo muy en claro desde el inicio de la película, con una cita bíblica referente a ello:

«Y echaré sobre ti suciedades, y te afrentaré, y te pondré como espectáculo»

Nahum 3:6

Después de la repentina muerte de su padre, OJ (Daniel Kaluuya) y su hermana Em (Keke Palmer), se hacen cargo del negocio familiar, un rancho que entrena y renta caballos para producciones de cine y televisión. Sin embargo, tras un accidente al momento de grabar un comercial, son despedidos del proyecto, prolongando su mala racha económica, lo que obliga a OJ a vender el rancho a Ricky "Jupe" Park, un ex-actor infantil ahora dueño de un parque temático que explota personajes del oeste y la tragedia que aconteció en un programa donde actuaba. Una noche, los Haywood experimentan una serie de anomalías que les llevan a descubrir la existencia de un OVNI en su propio rancho, por lo que deciden emprender una “cacería” para obtener evidencia y así el mundo sepa de esta criatura. 


En su libro “La Sociedad del Espectáculo”, el filósofo y cineasta Guy Debord brinda una serie de tesis concernientes a su perspectiva con respecto a lo que era el “espectáculo”, siendo este no una sucesión de imágenes, sino más bien, “una relación social entre personas, mediada por imágenes”.


El espectáculo es una parte más de la sociedad, en tanto que puede unificarla o dividirla. ¿Qué tanto estamos dispuestos a pagar por un espectáculo? ¿Hasta dónde se puede llegar por entretener a una audiencia? La atención es la moneda de cambio de internet hoy día. Si consigues atención, consigues prospectos y si consigues prospectos, puede conseguir audiencia, clientes… ganancias. Si se captura la atención de la audiencia, se pueden lograr muchas cosas y aunque esto no es para nada nuevo, ya que desde tiempos antiguos el espectáculo forma parte de nuestras sociedades, hoy día se puede lograr más “fácil” y rápido que nunca.


En realidad, no estamos tan lejos de aquellos años en que los “retos” de internet eran muy famosos. Incluso hoy en día siguen apareciendo de vez en cuando. Plataformas como TikTok han ganado mucha popularidad a tal punto que se han convertido en la principal (si no la única) fuente de información para muchas personas, y aunque no se trata de la primera red social que se aprovecha de ese contenido, sí es la que en tiempos recientes ha masificado la distribución de este contenido. 


En una sociedad del espectáculo, para Debord, no solo basta ya con ser alguien, sino que se pasa del ser al tener, para después, aparentar. Se vive en una sociedad de máscaras, en donde nada de lo que aparece en los medios es real y todo puede ser usado para atraer audiencias. A final de cuentas, nosotros no somos lo que creemos ser, sino más bien somos lo que las imágenes que llegan a través de nuestros ojos quieren que seamos. Adoptamos actitudes, opiniones o comportamientos de los medios que nos rodean. 


En la actualidad existe la polémica de rebajar el arte a simple “contenido”, ya que hacerlo lo priva de las cualidades que lo separan de la mercancía hecha simplemente para vender u obtener algo a cambio, radicando ahí su principal diferencia; como si de simples comerciales se tratara. Todo es efímero y pasajero. 


El espectáculo es el propio mercado consumiéndose a sí mismo, puesto que se trata de un excedente de capital, y a diferencia del arte, cuya finalidad en un principio no es obtener ganancias, sino servir como puente de expresión humana, aquí ahora no solo es suficiente con que se produzca algo, sino también que se consuma, dado que su finalidad es puramente el desarrollo económico, careciendo de valores y propiciando la producción en masa. 


Si hay un mercado, se seguirá produciendo. 



Cuando Jupe decide explotar el incidente que dio conclusión a Gordy’s Home, dejó de lado la tragedia que eso conllevó, simplemente para satisfacer el morbo y expectativas que el público tenía por conocer qué paso detrás de aquel incidente.

Al pactar con Jean Jacket —el alien—, esa misma ambición terminó condenándolo, puesto que no sabía a qué se estaba enfrentando, sin embargo, para complacer a los espectadores, quiso llevar el show al máximo, costándole no solo a él, sino a los demás sus vidas. 


Del mismo modo, entretenimiento de carácter ilegal puede ser encontrado en internet. Los videos snuff son claro ejemplo de esto, siendo muy populares en foros y sitios que en primera instancia están prohibidos por lo que resultan de difícil acceso, y que sin embargo, se pagan altas sumas de dinero por su obtención para satisfacer los retorcidos fetiches de sus consumidores. 

¿Acaso vale el entretenimiento de unos cuantos el sufrimiento, dolor e incluso muerte de personas? ¿Qué tan dañado se debe estar para encontrar placer en presenciar actos de crueldad hacia animales o humanos? Por más cruel que suene mencionarlo, lo cierto es que si algo es rentable seguirá existiendo sin importar los límites.


Nope termina con los hermanos eliminando a la bestia extraterrestre a lo grande, sólo como la temática de la película lo permitiría: de manera espectacular, capturando el momento justo en que explota a través de una fotografía que servirá como prueba de la existencia de este ser. 


Y si bien el texto original se publicó hace más de 5 décadas, resulta fascinante a la vez de preocupante que las mismas técnicas manipulativas sigan dando frutos en la actualidad, como si de un manual se tratara, dando Debord en el clavo con varias de sus tesis sobre su afectación a la sociedad y al individuo. 


A fin de cuentas, este humilde texto no busca culpar o prohibir el consumo de ciertos contenidos o formas de expresión artística, sino más bien, invitar a la reflexión sobre cómo dejamos lleguen los mensajes a nosotros y así evitar caer en la parafernalia del espectáculo y darse a respetar como audiencia crítica, dándonos cuenta del coste de este y todo lo que existe detrás del entretenimiento antes de que llegue a exhibirse, sirviendo a veces no solo cómo mera diversión o recreación, sino también, herramienta de persuasión y distracción. 


Como diría una antigua frase: Panem et circenses.

Pan y circo para el pueblo. 



 
Referencias: 

Debord, G. (1995). La socidad del espectaculo [PDF]. Ediciones Naufragio.

Rivera, C. R. (2023, 6 agosto). La sociedad del espectáculo de Guy Debord. La Mente es Maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/la-sociedad-del-espectaculo-de-guy-debord/


 

Arturo Guzmán

23 años

Egresado de la Lic. en Comunicación. Productor y editor de video; creador de contenido en YouTube interesado en temas relacionados a la cultura y arte, como fotografía, pintura, música, televisión y cine. 


 

Interlatencias Revista

diciembre 2023


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